Mongat. Masnou. Mayo 2015
El espacio es pequeño, las cuatro rocas no permiten demasiados encuadres, nada tiene que ver con los emblemáticos rincones de la Costa Brava, pero este humilde pedazo de nuestra costa, está cerca de casa y es una delicia ver como acaba el día rodeado de una quietud absoluta, así que, a riesgo de repetir encuadres, volveré, pasado el verano claro.
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